El sábado 30 de abril, murió Ernesto Sabato, una de las figuras cumbre de la literatura argentina. Un histórico, con una obra que trascendió el campo cultural. Porque llegó, a constituirse en símbolo y conciencia de todo un país cuando en la década del ‘80, encabezó la Conadep y el informe sobre la tragedia que había provocado la dictadura militar.
Ernesto Sábato nació en Rojas, provincia de Buenos Aires, en 1911. Hizo su doctorado en física y cursos de filosofía en la Universidad de La Plata. Trabajó luego en el Laboratorio Curie, en París, y abandonó definitivamente la ciencia en 1945 para dedicarse exclusivamente a la literatura.
Ha escrito varios libros de ensayos sobre el hombre en la crisis de nuestro tiempo y sobre el sentido de la actividad literaria -El escritor y sus fantasmas (1963), Apologías y rechazos (1979)-, y tres novelas: El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961), y Abbadón el exterminador (1974).
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